Jack & Joey: Los amigos que nunca fueron

Una de las cosas que más me han llamado la atención tras ver otro capítulo a boleo de Dawson Crece (en este caso el 2×17, Psychic Friends) es esa relación de amistad entre Jack y Joey… que debió de durar como tres capítulos. Aquí les vemos super-amigos, con Joey super-comprensiva («me da igual que hace un mes fuéramos pareja y ahora seas gay y estemos a la hora del lunch juzgando a los tíos por su apariencia física para echar unas risas») y Jack super… no sé, bastante charming. Sus secuencias juntos funcionan y no hubiera estado mal explorar esta relación de amigos de Joey y Jack. Claro que teniendo en cuenta que más tarde llegaría la relación Jen-Jack para adelantar prácticamente a todas las relaciones de la serie por la derecha pues qué más da en realidad que no le dieran una oportunidad a esto.

Además de las 3-4 secuencias de Joey y Jack de amigos en una feria-mercadillo navideño en Capeside (con la pequeña confusión de Joey creyendo haber ligado con un fotógrafo que de repente se le pone a hacer un photoshoot cuando lo que quería este en realidad era ligar con Jack… ooops…), tenemos a cada uno de los chicos visitando a una adivina de tres al cuarto (que seguramente era más joven cuando rodó esto de lo que soy yo ahora, ay madre) y esta mujer poniendo «sus vida del revés» (o, al menos, sus expectativas de futuro), que para eso está de invitada en la serie. No solo para rellenar tiempo. No solo. Aquí ya empieza a notarse un poquillo que hay episodios que son puramente de relleno, por muy divertido que esté Pacey imitando a un perro-policía para entretener a un grupo de niños.

Eso sí, el final es puro Dawsonismo, que Dawson viéndose derrotado ante la vida (su nueva profe de cine, Mädchen Amick de mi vida, ha destrozado su película Creek Daze) y tratando de llamar a Joey-sin llamarla al tiempo que esta mira hacia su ventana pero decide no ir a hablar con él cuando ve que Dawson apaga la luz de su cuarto… y rematamos el episodio con el padre de Joey en la puerta de su casa. Ha salido de la trena y ha venido a destrozar para siempre la relación de su hija con su alma gemela al final de esta temporada. Them the facts.

Cómo no voy a adorar a una serie tan adorable, encantadora, noble y dulce como esta; en la que los diálogos tratan de ser inteligentes y «profundos» aún cuando los guionistas son conscientes de no estar contando nada en absoluto. Eso sí, es una pena que no se mantenga la música original de su emisión en la WB (hay dos o tres canciones de las sustitutas que, por mucho que intenten ir en el rollo de la serie, no dan el nivel).

PD. El inicio del episodio es graciosísimo, con una pesadilla de Dawson en la que Jack ha dirigido su película, ha conocido a Spielberg y le pide matrimonio a Joey, jajajajaja. Grande, Jackers. A ver si te veo de profesor en Riverdale.

PD. 2. Aquí Joey aún no era Santa Joey, sí era una versión más dulcificada que la de la primera temporada, pero la chica se arremangaría pero bien para ayudar a meter a su padre en la cárcel en el explosivo (nunca mejor dicho) final de temporada. No imagino a la Santa Joey de la quinta temporada haciendo nada ni medio parecido.

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